Se reconoce a Coatlicue como la “Madre de los Dioses”. Ella representa a la Madre Tierra, la Naturaleza encarnada. Su nombre significa “La de la falda de serpientes”. Las serpientes hacen referencia al tejido de raĆces y rĆos que con su vitalidad unen sistemĆ”ticamente todo el Cuerpo de La Madre Tierra para que la Vida se manifieste. FuĆ© representada por los antiguos mexicanos en un gran monolito impresionante; su cabeza son dos grandes serpientes encontradas en sus fauces, tiene garras, en sus senos y pecho hay pares de corazones y manos humanas en forma de collar cayendo en su ombligo y vientre, donde, ademĆ”s de otro par de manos, hay un crĆ”neo humano central mirando de frente. Toda ella viste de serpientes. Actualmente se la puede visitar en el Museo Nacional de AntropologĆa de la Ciudad de MĆ©xico.
Se la reconoce como “anciana”, ya que ella guarda la memoria ancestral en todo lo encarnado. Al mismo tiempo, ella sustenta la fertilidad de las energĆas elementales que posibilitan la existencia natural pues simultaneamente es Teoinan, “La Madre de los Dioses”. Es la Abuela, la mĆ”s antigua.
Se dice que tambiƩn es regente de la agricultura, las formas de gobierno y todo lo que debe estar organizado en ciclos espacio temporales para que la vida prevalezca en todas sus relaciones.
Ella encarna la renovación constante y fértil que trae la muerte cuando el cuerpo material es devorado por la tierra para transmutar y volverla a nutrir.
En este sincrodiario lunar, Coatlicue representa el Solsticio de Invierno ya que su energĆa es densa, estĆ”tica y puro potencial receptivo. El frĆo seco y crepuscular de este tiempo en que el Sol se ha alejado en su punto mĆ”s distante de la Tierra, permite que ella descanse, digiera y de alguna manera muera metabolizando, recapitulando todo el periodo estacional y productivo que comenzó con la Primavera, y que ahora, despuĆ©s del OtoƱo en que La Tierra se despoja de todo lo que por el momento no podrĆ” alimentar, debe volver a tomar fuerza para la renovación organizada que traerĆ” el nuevo florecimiento, cuando el calor y la luz del Padre Tonatiuh vuelva a fertilizar las semillas de la Tierra. Es asĆ como Nuestra Venerada Madre Coatlicue sostiene el potencial fĆ©rtil de la Naturaleza desde el Poder de la Muerte y la Renovación.