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Parir, “Dar a Luz”, “ Aliviarse”…

Parir es el proceso fisiológico que sintetiza todas las funciones hormonales de la vida en nuestro cuerpo de mujer. Todas las experiencias en nuestro organismo desde que nacemos, han sido ordenadas y guardianadas por nuestro autoconocimiento y también por fuerzas que no siempre alcanzamos a comprender, con el propósito de que todo esté en su lugar en el momento del parto; el momento en que la gestación ha terminado de madurar a un nuevo ser, que dotado de toda la fuerza necesaria para sobrevivir al parto y adaptarse a las condiciones de vida que lo reciben, será finalmente expulsado de nuestro cuerpo.

Atravesar este gran umbral es la total expresión del propósito de ser mujeres. Nuestro cuerpo fue creado de acuerdo a las perfectas leyes de la Naturaleza para que desde la gestación durante nueve meses, todo se ordene para llegar íntegras a este momento. Encarnamos potentemente toda la fuerza que podemos contener y que nos puede sostener durante la “labor de parto”.

Fluir, dejarnos guiar, entregarnos con total certeza y plenitud a que la Naturaleza con entera sabiduría nos acompañará a atravesar esta intensidad.

Nuestro cuerpo se abrirá con flexibilidad estableciendo un ritmo que nos permite respirar, tolerar y trabajar en comunión para realizar satisfactoriamente este gran propósito de “dar a luz” a nuestros hijos, a los hijos de la Vida.

El triunfo de parir estará garantizado cuando las mujeres hayamos establecido una buena relación con nuestro cuerpo, con la comprensión de nuestras emociones, con respeto a nuestras relaciones nucleares y principales, y desde este lugar atendamos las verdaderas necesidades que nos nutren, dando fuerza y equilibrio a nuestra naturaleza siempre cambiante.

Las decisiones que tomemos en la conciencia de la gran responsabilidad que es traer un ser a la Vida para criarlo desde nuestra experiencia, determinará la salud y armonía con que iniciemos el maravilloso camino de la Maternidad desde el momento del parto, haciendo que la dolorosa labor nos traiga alivio y regocijo al momento del Nacimiento.

Caminar con dignidad el sendero de Ser Mujer es la principal misión de nuestra existencia. Somos paridoras, manifestadoras y generadoras de Vida. Somos portadoras del útero de la Humanidad.

Honrar así nuestra capacidad de ser receptivas a las semillas que guardan la Verdad del Gran Espíritu Creador es el camino a la Realización de todas Nuestras Sagradas Relaciones.

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